ACTAS DEL CONGRESO DE
ARTE RUPESTRE
EN LA ESPAÑA MEDITEnnÁxEA
ALICANTE, 25 28 DE OCTUBRE DE 2OO4
Mauno
S. HenxÁxopz PÉr.tz
v Joncp A. SorEn DÍez (Eos)
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DE ALICANTE
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OBRAS SocrArEs
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RLpestre en la España nrediter-ránca
\ctas del congreso. Alicante, 25-2u de octubre de 200,1
\'lauro S. Hernández Pérez, .Iorge A. Soler Díaz (Eds)
Afic Rupestre en la España mediterránea : Actas del congreso (Alicantc. 25-28 dc
octubre de 200,1). Mauro S. Hernández Pérez, Jorge. A. Soler Díaz. (Eds). Alicante
: InstitLrto Alicantino dc Clrltura «Juan Gil-Albert», Caja de Ahorros del Mediterráneo,
2005
:l:14 págs : il. bl.y n. ; 30 cms
Bibliogratia
D. L.:A-962-2005
ISBN: 84-7784-483-6
l. Arte rupestre Congresos
I. Instituto Alicantino de
CLrltLrra «Juan
Gil-Albcrt» (Alicante)
7.03r.r (063)
Ilustración de la cubierta: Miranda Dreams
O Los autores
@ Instituto de Cultu¡a «Juan Gil-Albert»
O Caja de Ahorros del Mediterráneo
Preirrrplesion c irnplesrtin:
Dep. legal: A-962-200-5
T.S. B.N. : u,1-7784-lSl-6
f.
ESpagfilfic
LAS PINTURAS RUPESTRES DE MOI{TEGORDO EN EL PAISAJE DEL
BARRA¡{C DE LA VALLTORTA
PERE MIQUEL
Grn-I-Brr CeLetevu»x, RATAEL MenrÍ.¡gz VArLs*. Mtcr,ul VIceNre Ge¡en¡a y JosÉ TolrÁs Bp,lrnÁN
Montegordo es un accidente geográfico prominente, destacado y
visible a gran distancia, situado en una de las entradas a1 Barranc
de la Valltorta. En este artículo nos preguntamos sobre e1 papel que
pudo jugar esta elevación en 1a construcción de1 paisaje cultural
del Barranc de la Valltorta y presentamos el estudio de sus cuatro
conjuntos de Arte Rupestre levantino.
\lontcgordo is a prominenr. outstanding ancl vistble geoglaphical
accident a1 grc¿1t dist¿nce. located in one tl'orn thc cntr¿rnces to the
Barranc olthe \ralltorta- In this article we rvonder on the paper that
could p1ay this moLLnd in the constnrction of thc ctLltLrral lalclscape
of the Ban'anc olthc \rLlltorta ancl r,'e present the stuch, of thcir fbur
groups ol Rocl< -\rt levantine.
l.INTRODUCCIÓN
llen-r. e.p.) y grabados (Perez Milián, 2002), situación
que enriquece considerablemente el panorarrra de 1as
Montegordo es una montaña destacada y visible a
gran distancia, situada en una de las entradas al Barranc de la Valltorta. Las primeras noticias que tenemos sobre la existencia de Arte Rupestre en sus laderas
están relacionadas con los trabajos de documentación
de la Coveta de Montegordo que desarrolló el Institut d'Estudis Catalans en l9l7 y cuyos resultados se
publicaron <<d'una manere abreviqda>> por A. Duran
y M. Sanpere (1915-1920: 5, fig. 48). Sobre este momento histórico del descubrimiento de las pinturas rupestres del Barranc de la Valltorta podemos acceder a
una información mucho más detallada en una publicación reciente (Martínez Yal\e,2002). Años después el
estudio del mismo abrigo sería retomado por R. Viñas
(1982: ll0-111, Fig. Á1).
Los abrigos que aquí presentamos se abren en la
cara Este y Sureste de Montegordo y constituyen tres
nuevas estaciones con Arte levantino que se suman a
la ya existente (Figura 1). La localización de estos
tres nuevos abrigos ha sido resultado de la prospección sistemática que se está llevando a término en el
Parc Culltural Valltorla-Gassulla, coordinada desde el
Museu de la Valltorta, y que ha dado resultados extraordinarios, pues se ha pasado de 25 estaciones con
arte rupestre en 1994 a un total de 70 en septiembre
del 2004. Además, junto al Afie Levantino hemos documentado Arte Esquemático (MartínezYalle y Gui-
maniféstaciones artísticas en el norte de las tietr-as r a-
'
NfLrsetL cle
la \hlltort¡1. Generalitat \¿alcnciana.
lencianas.
En este artículo no nos lirr-iitamos a plesentar cl cstudio de estos nuevos coniunto\. si nrr .1ue irclninros
también la Coveta de \'lontc-sordo v hacenios algunas
refleriones acerca de1 papeI qLLe pLrdo luuar Nfontegordo en la corrstr-u.cción del paisa¡e cultr-ual del Baranc
de la Valltorla. En este sertido intentaremos explorar
las relaciones entre los vacimientos de hábitat, enterramiento. abri-sos con arte rupestre y recursos naturales
a pafiir de conceptos que se han desarrollado en distintos trabajos desde el análisis espacial (Cliado, 1993":
Parcero, 1995; Santos el ol.. 7997 Marlínez. 1998;
Fairén. 2002: entre otros).
En el proceso de docur¡entación de las pinturas se
han segr.rido las técnicas de digitalización dc irnagcrr
1, la metodología especificada en otros trabajos (Guillem, 2002 y Domingo y López-N{ontah'o. 2002).
El macizo de Montegordo. que tiene una ahtra sobre el nir,cl dcl mar de 837 m. está sinrado cn ei tranro
medio de la depresión Tirig-La Barona y está fornrado
por rocas nrcsozoicas del Cretácico inf'erior (Figura I ).
A sr-rs pies circLrlan cl Barranc de Sant Miquel. el
Baranc Fondo y la Rambla Morellana, por sus caras
nofie. slu' y estc lcspectivamente. barrancos que han
contribuido a modelar cl piedemonte de esta montaña
y que. constitLLven las arterias dc1 barranco que agLlas
abajo toma el nor.nbre c1c Balranc de la Valltorta.
En la car¿r orientada hacia el m¿rr destacan las tbt.
nraciones de canchalcs dc tonos grisiiceos qrre contras-
lg6
PERE MIQUEL. RAFAEL N4ARTINEZ, MIGLTEL \/IUF,NTE CABARDA
tan con las distintas tonalidades dcl colol verde. cambiante al compás de las estaciones. Es en esta verticrte
dondc se abrcn un núr¡ero considerable de abrigos.
En la umbría el paisaje es mucho más ruonótono y sLl
superf cie cstá cubierta por formaciones vegetales de
garriga y carrascal. A1 contrario de lo que ocnrre en la
cara anterior apenas si encontramos abrigos.
El trasiego por Montegordo obliga a dcsar-rol1ar un
esfircrzo físico considerable si se quieren recorrel sus
pronunciadas pendicntes. atra\esar 1a espcsa garriga y
supcrar con éxito los canchales. Sin embargo el afloramiento del roquedo mesozoico en bandas paralelas
qLle cmzan todo el uracizo pemite desplazamicntos
longitLrdinales mucho menos fatigosos.
Montegordo es un excelente punto de observación
del paisaje. Desde su cumbre, si dirigimos la mirada
hacia el Noreste se observa el Montsiá y las aguas enrojecidas del Mcditerráneo procedentes de1 Dclta de
1'Ebre. Hacia el Este. se divisa con f-acilidad el Mar
Mediterrár¡eo y ias I11es Columbretes. A sus pies se
puede ver el curso selpenteante del Barranc de la Val1torta y cn su interior se observan con claridad los abrigos con pinturas rupestres de El Cingle de 1'Ermita.
Mas d'en Salvador o Cingle de Martínez. La Cova
dels Ribassals o de1 Civi1. la Cova dels Cavalls ¡, Les
Coves dc la Saltadora.
Si nos asornamos hacia el Barranc dc Sant Miquel
destaca por sLrs dimensiones el Abric Centelles y también se adivina el Abric de 1a Mostela y el Abric d'en
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JOSE TON',tAS
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Figura l: Principales )¿lcimientos con afie rupestre en l,'.
alredcdores clc lvlontegordo: I -Abric de la Nlustelal 2 - \br Ccntelles; 3.-.\bric cl'cn Cabrcal '1 - Abric lV clc Montcgc'r;
,5-Coveta (le Montegordo: 6-Abric IT de Montcgoldol 7 -A'orL.
de Montrvegordt¡l 8 -N'fas d'en S¿rlrador; 9 -C'inglc de l'Frrr' :
10.- C'ingle dels Colorns: 11-Coles clels Ribassals o del Cirrl Cora dcls Tolls AlLsl 13- Cova del Rull: 1'1 - Clova clcls Car.,. '
1,5 -Cora de I'Arc: 16 -l'Arc: 17.- Cora dc JaTarLrga; 1E -\¡i del baranc de1 -Bosc: 19 -Cingle del \'fas d'er.Tosep: 20.-Co del Ll idoner: 2 I -Calgades del N{atál 22 -Cloves de la Saltad¡r 23 -C.ingle dels To1ls del Pnntall 2'1 -Cora Gran clel Puntal r l:
Clovetes clcl Puntal
Cabrera.
Desdc la misma cima descubrimos con la urisma
facilidad la localización de los yacimicntos prchistóricos dc Sant Joan de Nepomucé, Mas de Marti dc Sant
PaLr. los plonells del Pr.rntal. Calgades del Matá, los
r acinrientos situados en tolxo a la laguna de Albocásser. los del Baranc de Sant Miquel. etc.. asentamientLr] clLlc po1 sLl contexto arqueológico podríamos situar
gi.r/\\(/ ¡¡¡o¿lo desde el Epipaleolítico Microlaminar
h¡strL la Edad del Bronce (Femández er al .2002).
\lrrntegordo. por su morfología y ubicación, es
unir .-i.\ ¡cion cula silueta se reconoce con facilidad
no ir¡Lr¡ de¡dc el r.rtLcleo de abrigos con Arte Rupestre
d.-1 B¡r-r¡nc de 1a \a1ltorta sino tanrbién dcsde buena
prrrte .i.'1 >c'.ttrr ttre dio clc Ja depresión Tírig-La Barona
r de:d; Sl':1r.r ¡r¡111¡ cle las nrontañas que la rodean.
2. DESCRTPCIÓ\ DE LOS ABRIGOS Y DE SUS
]IOTI\-OS PICTÓRICOS
¡l,r DE \IO\TEGORDO
La Coreta está onentada al Sur. a unos 640
rn.s.n.n1. r' ias coordenadas UTM son 3l 248521 E 5,
COt
,+,176.+47N.
El abrigo tienen 20tn de largo por unos 3 tretros
y se abre sobre una plataforma que permite
su rccorido longitudinal. En su interior, y basándonos
de ancho
en los accidentes laturales dc sus paredcs, podemos
distinguir tres cavidades. La primera dc ellas. sllu¡¿
a la izquierda. es la qLIC conserva los tres coujurlt, '
pictóricos. Estos. salvo los motivos 1 y 2, se han e.i.
cutado sobre una superfcie rocosa iregular cn la c1L-.
abundan los desconchados. las fbrmaciones estala-stlr.ticas, las deposiciones dc carbonatos y de matcria .'-gánica. etc. (Figura 2, A). En las otras dos cavidad¡.
.-,
no hemos encontrado ningúLn resto dc pigrncnto r
superfcie de sus paredes presetrta la misrna patologr.,
que la del abrigo L
Hemos identificado un total de 12 figulas, la dcscripción de las rrlisrnas es como siguc:
Motivo 1. Esta flgura fuc descrita coÍ)o ilfia l(t
sible cabeza de anintal ttislctcla (Virias. -[982: 111'.
pero no se IIegó a publicar sLI calco. Su estudio nos hr,
ller,ado a proponer otra intcrpretación: estamos ant.
un antropomorfo de estilo flliforme, orientado hacia il
derecha del que se corserva el brazo izquicrdo con ei
que su.jeta el arco. parte del cttelpo y las dos pierua:
EI cuerpo cs desproporcionado respccto a las piemas
La zona de las nalgas es de aspecto triangular y
po-
dria cstar indicado el sero. La cabeza a desaparecido
como resultado de un desconchado. Color: M. 10 3 l
(Figura 2, B).
Motivo 2. Este motivo no aparece reflejado en el estudio de R. \¡iñas (1982). Situado a 1,40 m a Ia dcrecha
del antropomorfo anterior y a 38 cm de la cabeza dcl
LAS PINTURAS RUPESTRES DE MONTEC]ORDO EN EL PAISAJE DEL BARRANC DE L,{ \IALLTORTA
arquero flliforme (motivo 7). Figura humana orientada
hacia la izquierda de dimensiones muy pequeñas; el
motivo no supera el centímetro de ancho. Se conserva parte de la cabeza en la que podemos apreciar una
mandíbula pronunciada o una barba, el cuello, elbrazo
izquierdo flexionado hacia abajo y el arranque del brazo derecho. El cuerpo es de tendencia triangular y se
conserva principalmente la parte superior. En la parte
inferior del cuerpo aparecen unas manchas negras que
no nos atrevemos a considerarlas parte de la flgura y
por lo tanto no las hemos calcado (Figura 2, C).
Motivo 3. Posible cornamenta de ciervo de la que
sólo se aprecia el extremo distal y en la que se han
indicado cuatro candiles hacia atrás. Por la disponibilidad de espacio e irregularidad de Ia superficie parece
poco probable que se pintara un ciervo entero, pero
si una cabeza similar a la de Coves de la Saltadora
(Viñas, 1982: 148, fig. 215). Nuestra interpretación de
este motivo difiere respecto al publicado (Viñas, 1982:
fig.147) y lo mismo podemos decir de los motivos 5,
8, 9 y 10. Color: M. 10R 4/8 (Figura 2, D).
Motivo 4. Ala izqu;terda del motivo 3 aparece un
trazo de aspecto lineal intemrmpido por un desconchado. Color: M. 10 R 4i8.
Motivo 5. Debajo del motivo 3 aparecen restos de
pigmento muy erosionados de aspecto informe y rodeados por al menos nueve trazos lineales. La parte
superior de la f,gura se ha perdido totalmente como
resultado de un desconchado. Color: M. 10 R 4/8.
Motivo 6. Trazo lineal de forma cóncava. Color:
M. 10 R 4/8.
Motivo 7. Arquero de claro estilo filiforme que
mira hacia la izquierda e inclinado hacia abajo. Está
en actitud de disparar y por eso presenta un brazo doblado hacia atrás y el otro tensando el arco. El cuerpo
es desproporcionado respecto a las piernas y una de
ellas es irregular como consecuencia de la adaptación
de la misma al soporle. Se han reflejado algunos detalles anatómicos como lanarizy los pies. Color: M. 10
R 4i8
(Figura2,D).
Motivo 8. Restos
de pigmento.
Motivo 9. Restos de pintura muy erosionada y
afe ctada
por desconchado
s.
Motivo 10. Conjunto de trazos. El de la izquierda
podría estar relacionado con la terminación de un arco.
Color: M. 10 R 4/8.
Motizo 11. Figura humana posiblemente tumbada
en la que se indican los pies y las piernas. En la parle
inferior de este motivo se observan restos de pintura.
Este motivo y el siguiente (motivo 12) tampoco quedaban reflejados en los calcos publicados anteriormente. Color: M. 10R 5/6.
Motivo 12. Figura humana de estilo f,liforme mirando a la derecha y que se dirige hacia abajo. Se conserva la cabeza de pequeñas dimensiones en la que se
indica la nariz. Las piernas están muy afectadas por
pequeños desconchados. De la espalda salen dos trazos que podrían estar relacionados con la prolonga-
187
ción de unbrazo y una flecha. El sexo podría estar
representado. En la parte inferior de está misma flgura
se conserya otrotrazo de aspecto lineal. Color: M. 10R
5/8. (Figura 2, D).
En la Coveta de Montegordo el motivo I representa un tema recurrente en distintos abrigos d'el Barranc
de la Valltorta del que hablaremos más tarde, los antropomorfos filiformes. El motivo 2 por su estilo, antropomorfo de reducido tamaño, nos recuerda claramente
a algunas de las flguras humanas del Abrit del Cingle
de l'Ermita, de Mas d'en Salvador o de les Covetes del
Puntal y también a las «líneas indeterminables»> de les
Coves dels Ribassals o del Civil situadas en la parte
inferior de la pierna izquierda del arqueo n" 82 (Obermaier y Wernert,l9l9: 39. Lámina XIII). Respecto a
este tipo de figuras no vamos a entrar en la polémica
que se desató en torno a su cronología relativa elaborudaapartir de las superposiciones de figuras antropomorfas registradas en Cova Remigia (Sarriá, 1988-89
y Mesado 1994), pues la Coveta de Montegordo no
nos permite tomar posición en uno u otro sentido. Ambos motivos (l y 2) aparentemente están aislados y no
forman parte de ninguna composición.
El motivo 3 se corresponde con lazonadistal y medial de una cornamenta de ciervo en la que la disposición de las cuernas hacia atrás resulta incorrecta desde
el punto de vista anatómico. Este mismo tratamiento
se observa en las cornamentas de dos ciervos del Abric
del Mas d'en Josep (Domingo et a|.,2003:19-29,frg.
14), si bien en este abrigo la comamenta es mucho
más lineal que en la Coveta de Montegordo. Esta flgura podría estar relacionada con los restos de pigmento
rodeados de trazos lineales (motivo 5), si bien ante su
estado de conservación no podemos aportar más argumentos al respecto.
En el entorno más inmediato de los motivos anteriores se han documentado una serie de trazos lineales
o restos de pigmento (motivos 4,6,8,9 y l0) sobre los
que poco más podemos decir, pues no está clara su articulación en una posible escena. En esta misma agrüpación nos encontramos con un claro arquero (motivo 7)
de estilo linealy cuerpo estilizadoy desproporcionado
(Villaverde et a1.,2002:184) o de estilo nematomorfo
o filiforme si seguimos a Obermaier y Wernert (1919),
y otras dos representaciones humanas (motivos 11 y
12) de características formales similares. Este tipo de
figuras humanas, dentro de los distintos horizontes es-
tilísticos que
se han
definido apartir de la construcción
de la figura humana en la Cova dels Cavalls, formarían
parte de las últimas fases del ciclo artístico levantino
del Barranc de la Valltorta. Sus paralelos más cercanos
sin salirnos del ámbito del mismo barranco los podemos ver en la cercana Cova dels Ribassals o del Civil,
Cova dels Cavalls, Mas d'en Josep, etc.
AsRrco II DE MoNTEGoRDo
Este abrigo se situa por encima de 1á Coveta de
Montegordo a 740 m.s.n.m. Las coordenadas UTM
PERE MIQUEL,
RAIAEL MARTÍNEZ, MIGUEL VICENTE GABARDA Y JOSF TOMAS
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-Motivo I de Ia Coleta
Figura 2:A,-Topogralia de la Coveta de N,[ontegordo (tomada y modiñcada de Virias. 1982: 111, fig. 14[l)l B
i4ontegordo: C.-Motiro 2 cie l¿r Coreta de N{ontegordo y D,-Motiros 3 a 12 dc [a Covcta de N'lontegordo Calco según los autores
de
LAS PINTURA.S RUPESTRES DE MONTEGORDO EN
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PATSAJE
DEL BARRANC DE LA vALLToRTj\
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Figura 3:A'-Topoglalía delAbric II cle I\.'lontesorclo (según los arLtores)l B.-N{otir.os I a j clel Ab¡c li
de Monlesoldo lc¿lco sesLrn li.r
alrtol'es))'C.-X'fotivo '1 ilel Abric IT de N'fontegordo. Topoeralia y calco según los autores.
PERE I\4IQUEL, RAEAEL MARTÍNEZ, MTCUET VICENTE CAB-A.RD,{
190
son 31 248310Ey 4476498 N. Está orientado hacia
el Suroeste.
Abrigo de 15,5 m
de largo por 4 m de ancho y 2,5
m
de alto en su punto más elevado. La visera está muy
marcada y en su interior se distinguen tres cavidades:
La delaizquierda es la que tiene las paredes mejor
conservadas, En su extremo izquierdo, fuera casi de la
protección de la visera, se localiza uno de los paneles
con motivos levantinos. Estas flguras, un total de tres,
están muy alteradas pof numerosos desconchados. En
el extremo derecho de la misma cavidad la capa de
oxalatos está mqy erosionada y una colada recubre
parte de esta formación geplógica, en este mismo lugar se observa otro motivo pictórico.
En la cavidad'2 la superficie se ha erosionado de
forma notable y no se aprecian restos de pintura. En.la
cavidad 3 la visera se ha reducido considerablemente
y la pared está colonizada por líquenes y hongos (Fi-
Y JOSÉ TOMÁS
En el Abric II de Montegordo en la primera unidad
posiblemente se han perdido otros motivos que formarían parte de una misma escena, de hecho sobre la superficie sobre la que se ha realizado esta composición
é1 soporte'ha registrado una alteración considerable.
La ciewa (motivo 2) presenta las lnismas características morfológicas que las ciervas de la escena de caza
de la Cova dels Cavalls (Villaverde et a|.2002: 109 y
siguientes). Respecto al motivo 4 tan sólo recalcar que
está aparentemente aislado.
AeRIco III DE MoNTEGoRDo
Este abrigo se situa prácticamente en línea recta
por encima de la Coveta de Montegordo y el Abrigo
Sus coordenadas son
4476546 N. Está orientado al Sur.
IIa789 m.s.n.m.
31248294Ey
gura 3, A).
En la unidad de la izquierda se adivinan un total de
cuatro flguras.
Motivo 1. Figura incompleta de zoomorfo orientado hacia la izquierda del que se conserva parte de la cabeza, cuello, cuerpo y patas delanteras. La articulación
de las patas y la posición del cuerpo del animal, ligeramente inclinado hacia arriba, podrían estar indicando
una actitud de movimiento. El motivo está afectado por
desconchados y recubierto por una deposición de car-
bonato cálcico. Color: M. 10R 4/6 (Figura 3, B).
Motivo 2.Fig:ura incompleta de zoomorfo, probablemente de cierva, orientada hacia la derecha. Se conserva prácticamente toda la figura salvo la cabezay la
línea ventral que han desaparecido casi por completo,
no obstante la pérdida de pigmento afecta a toda la
superfi.cie corporal. Las patas anteriores están extendidas y el cuello proyectado hacia delante, consiguiendo
de este modo reflejar el movimiento del animal. La
línea cérvico-dorsal es casi horizontal, se ha ejecutado
la cola y se adivina la inflexión del cuello y el pecho y
las pezuñas. Color: M. 10R 4/6.
Motivo 3. Restos de pintura. Color: M. 10R 4/4
Ullllllllli
-
o
lD
---._- @C¡l.m
(Figura 3, B).
Motivo 4. Situado en el extremo izquierdo del primer abrigo, a 6,78 m desde el inicio de la cavidad por
la izquierda. Figura de la que se conserva una barra
vertical de bordes irregulares y dos barras de mayor
grosor en su lado izquierdo, y de tamaño más reducido, perpendiculares a la misma. A la derecha contamos
con otra barra vertical de menor recorido de la que
surgen dos barra perpendiculares, una en el extremo
superior y alaizqtierda delabarra y otra de mayor tamaño en la parte inferior a la derecha de la misma. En
el extremo superior de esta barra se observan restos de
pintura. El motivo está erosionado en su lado izquierdo, mientras que en el derecho está recubierto por una
colada. Ante este estado de conservación no podemos
concretar más aspectos sobre esta figura. Color: M.
10R 4/8 (Figura 3, C).
Figura,l: A.-Topografia del Abric tll dc Montegordo y B.-Mottr'o
1 del Abric III de Montegordo. Topografía )'calco según los
autores-
LAS PINTURAS RUPESTRES DE MONTEGORDO EN EL PAISAJE DEL BARRANC DE LA VALLTORTA
Abrigo de 5,5 m de largo por 1,5 m de ancho y I
m de alto. Su interior está colmatado de sedimentos y
en el extremo derecho aparece un pequeño muro de
piedra seca de cronología histórica.
Las paredes presentan un estado de conservación
desigual, están afectadas por deseonchados y coladas
estalagmíticas. En la parte superior del abrigo se abre
una concavidad marcada. después el sustrato rocoso
se distribuye en bandas horizontales, se adivinan con
claridad un total de cuatro, de tendencia vertical y separadas por fisuras. En su lado derecho una de estas
formaciones se ha desplomado y el abrigo se prolonga
hacia el interior, sin que podamos saber con exactitud
su profundidad.
El único motivo que se ha documentado se situa
en la parte central del abrigo, sobre una superficie llana, y en una de estas bandas, próxima ya al relleno
sedimentario. Parte del mismo ha desaparecido por el
desprendimiento de la pared y, además, está afectado
por una colada de carbonato cálcico que dificulta su
lectura (Figura 4, A).
Motivo 1. Figura humana incompleta de la que sólo
se conserva la cabeza, parle del brazo izqtierdo, el
affanque del derecho y el tronco. Lacabeza es grande,
globular y está provista de un adorno. El tronco es de
tendencia triangsTat,mientras que en elbrazo izquierdo
se aprecian restos de pigmento-que podríamos relacionar con otro adorno. Color: M. 10R 6/3 (Figura 4, B).
En el Abric III de Montegordo la única figura humana que se conserva por sus características estilísticas la podemos englobar dentro de las representa-
l9l
Motivo 1. Cierva orientada hacia la derecha de la
que no se conservan las patas traseras y parte de las
delanteras. El animal se ha pintado con un trazo modelante con el que se han cuidado los detalles anatómicos: orejas, dibujo de la frente y moffo, inflexión de
cuello y pecho, modelado dorsal y la cola. El animal
se ha representado con una clara intención de movimiento, de hecho el cuello y la cabeza, bien articuladas, presentanuna posición alargada e inclinadahacia
el suelo con respecto al cuerpo y las patas delanteras
están abiertas. Esta actitud recuerda a la de un animal
pastando o bebiendo (Figura 5, B).
En el Abric IV de Montegordo sólo aparece representada esta cierva en actitud de beber. La flgura forma
parte del mismo escenario de la cavidad en la que se
ha ejecutado, está claramente relacionada con el coco
que aparece en la parte inferior del abrigo. Ciervas con
una posición anatómica similar se han documentado
en el Barranco Hondo (Ladruñan) (Utrilla y Villaverde, e.p.), Cañaica del Calar (Moratalla) (Beltrán,1972
21, fig. l7) y en los abrigos de la Paridera de las Tajadas de Bezas (Albarracín) (Piñón, 1982i 130-136, fig.
32 y 3\.
ciones humanas de cuerpos estilizado y alargado y
piernas modeladas (Villaverde et q|.,2002: I 82) o tipo
cestosomático de Obermaier y Wernert. Este tipo de figuras serían cronológicamente anteriores a las figuras
f,liformes (MartinezValle y Villaverde, 2002).
AeRrco IV
DE MoNTEGoRDo
Este abrigo queda emplazado en la parte izquierda
del macizo de Montegordo a 685 m.s.n.m. y sus coordenadas son 31 248l7lEy 4476272 N. Está orientado
al Sur.
Abrigo de pequeñas dimensiones de 3,50 m de largo por 2,60 mde ancho que se abre, aprovechando una
fisura del sustrato rocoso, en un gran bloque calcáreo
de disposición horizontal. En la misma cavidad
se
adivina cierta actividad kárstica que ha provocado el
desarrollo de una superficie irregular con formaciones
estalagmíticas y pequeñas oquedades. El único motivo
pictórico queda localizado en la parte central del abrigo y se ha aprovechado para su ejecución una de las
superfcies más regulares. En la base de este abrigo se
abre un pequeño cocot en el que'se retiene todavía el
agua de la lluvia (Figura 5, A).
Figura
1.
Coco: ReceptácrLlo tratural o artificial en eJ que se acumula el
agua de lluvia o de surgcncias natLrrales.
-5:
1 del
A,-Topografía del Abric
lV
dc Montegordo ¡, B,-Motrvo
¡,. calco según 1os
Abric IV de Nlontegordo. Topografia
autores.
t92
PERE MIQUEL, RAFAEL MARTÑEZ, MIGUEL VICENTE GABARDA
3. CONCLUSIONES
La presencia de tres nuevos abrigos con pinhlras
rupestres de estilo levantino en un accidente geográflco como Montegordo, prominente, destacado y visiblc
a gran distancia, nos obliga a reflerionar sobre el papcl
que debió jugar esta montaña en torno a la construcción del paisaje cultural del Barranc de la Valltorta.
En principio estos abrigos formarían parle de la
agrupación nuclear del Barranc de la Valltorta (Villaverde y Marlínez. 2002: 200') si seguimos la terminología utilizada por J. Marlínez (2000: 38). Con
la información disponible en la actualidad podemos
plantear que en las fases posteriores del Arte Levantino esta agrupación se irá trasfbnnando en una disposición longitudinal qloe rncluirá los abrigos con pinturas
rupestres de otra agrupación nuclear,la Rambla Carbonera. Esta nueva esttuctura se fue construyendo en
la medida en que se fueron pintando nuevos abrigos
o lo largo de las distintas fases estilísticas de nuestra
secuencia regionai establecida a partir de la Cova dels
Cavalls (Martínez Valle y Villaverde, 2002). Para J.
Martínez (2000:38) estos dos modelos de distribución
y organización de los abrigos de Arle Esquemático andaluz (nuclear y longitudinal) estuvieron relacionados
con la nrisma et,olución de las estt'otegias ec'onónticas.
En el Maestrazgo, como hemos sugerido rccientemen-
te (Guillem y Martínez Valle, e.p.) obedecieron adcmás a cambios ideológicos de gran calado.
En el Arte Esquemático andaluz, donde se ha planteado este rnodelo, las agrupaciones nucleares se 1ocalizan en ((un terreno rnuy accidentado con una red
fluvial diversa que puede estar articulada en tomo a
luno o varios ejes fluviales secundarios. En nurnerosas
ocasiones se organizan en auténticos cañones» (Mar-
tinez.2004: 108).
En nuestro ámbito de estudio las agrupaciones nuck-ares de Arte Lerrantino se emplazan en el interior
d.' b¡urancos. Así pues parece producirse una oposici.rn entre Ia construcción de estas agrupaciones cn el
-\rr.- Esquerlatlco cllle buscan una distribución cerada
\ c-rrnCenrrida (lbídem: 108), y las agrupaciones Ier entir.rr-r. ,lLLr' Se emplazan en las laderas de profündos
han'¡ncts \ una astrlrctura rnás lincal.
\lonregtrrdtr es otro ejemplo de esta dicotomía, ya
que rrrlrl-1- arrn e1 /,¿71l'ó n de etnplozamientc¡ ast¡ciado
ilt¡ cit-,t-t-t /t tlt()ütLtñ(t intlit'iclualizado en el paisaje
(\lartrnez. 19SS: i-i(-) ). El rlacizo. como ya hetros
listo anreric'r1rlelrte. alberga cuatro abrigos con Arle
Ll
Rupcstre Ler antrno e u los que sc pintaron un número
reducrdo d.- figura.' ) no L-\isten grandes composiciones. Esta ultir.ua observacrón cambiaría si les Coves
del Civil o dcls Ribassals. conjunto localizado a los
pies de Montegoldo. lotrrara parte del lnismo sistema.
Si esto fuese así cste últir¡o abrigo no seria ejemplo de
una dominancia visual amplia pues el abrigo está oculto. Por otra parte. los Abric III y el IV de Montegordo
presentan algunas caracteristicas que permiten englo-
Y JOSÉ TOMÁS
barlos dentro delpatrón de emplazamiento asociado o
puntos elevados de grandes sierras (Maftínez, 1998:
550-551), puesto que el Abric III es el más elevado,
mientras que el Abric IV se relaciona claramente con
el agua. Además existen numerosos abrigos y cavidades en las que no existen evidencias de pinturas rupestres. A pesar de todo, y teniendo en cuenta los matices
que hemos señalado, el modelo sería paralelizable al
definido para las sierras de Gabar y Maimón (Martínez, 1998) en cuanto a considerar una montaña como
elemento determinante paraladistribucidn de los abrigos pintados.
Ante esta situación parece patente que la construcción del paisaje cultural del Barranc de la Valltorta, y
por extensión el de la Rambla Carbonera, es un proceso complejo que difiere del registrado en otras latitudes. Aspecto que, por otra parte, es lógico teniendo en
cuenta que nos enfrentamos a realidades territoriales,
ideológicas y económicas diferentes.
Nuestra hipótesis de trabajo se centraría en lo siguiente. Los distintos horizontes estilísticos que quedan reflejados en los abrigos de Montegordo se pintaron
principalmente en los momentos flnales de la secuencia estilística regional. En un momento que coincide
grosso modo con la consolidación de la economía de
producción de alimentos, y con la documentación de
una concentración importante de yacimientos arqueológicos relacionados con el Neolítico II (les Clotes, les
Antones, Canals, Mas de Martí de Sant Pau, Mas del
Gat y Rueda), que posiblemente esté vinculada con el
desarrollo de un poblamiento estable (Femández et al.
2002).
E,stos yacimientos arqueológicos están situados en
torno a la Llacuna d'Albocásser epicentro de extensas
zonas encharcadas y formaciones de pradera considerables como el Prat de Sant Pau, es decir en los alrededores de una zona con un alto potencial agricolay
sobre todo ganadero. Es el momento en el que junto al
Barranc de la Valltorta se ocupan los conocidos P/anells y se documentan nuevos yacimientos en las inmediaciones de Montegordo (Mas de Marín, Mas del
Riu, Mas d'en Brusca, Barranc d'en Cabrera y Mas
dels Torans).
Además, se han documentado cuevas de enterramiento (Cova de la Rabosa, Cingle de l'Ermita, Coveta del Mas de Martí, Cova de la Graya y Cova de la
Carbona) en las que se ha practicado el rito de inhumación múltiple (Cova de la Rabosa y Coveta del Mas de
Martí), comportamiento que estaría relacionado con
una intensif,cación de la complejidad social. De hecho
ambas expresiones (Arte Rupestre y enterramientos
colectivos) se han vinculado con la emergencia de una
conciencia territorial, o lo que es lo rnismo con un sis-
tema de apropiación de la tierra (Lewthwaite, 1986:
61). Este mismo concepto queda reflejado en otros
trabajos (Vicent, 1990; Bernabeu, 1995, 2000y Martí y Juan Cabanilles, 1997, entre otros). Por lo tanto
Montegordo como accidente natural signiflcativo, fá-
LAS PÍNTUR.\S RLTPESTRES DE MONTECORDO t,N EL PAISAJE DEL BARRANC] DE LA \ALLTOR'I-A
193
cilmente visible desde el territorio se convertiría en un
elemento de apropiación del paisaje (Martínez, 1998:
548), en un monumento salvaje (Criado, 1993 b: 26),
jaria un cambio en la estructura social con respecto
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