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Historia de Mancera de Abajo

El término de Mancera de Abajo está poblado desde el Paleolítico Inferior. Los romanos dejaron su impronta en la zona de las eras y en la Edad Media ya aparece mencionado como Manzera de Yuso en los escritos.

No es hasta el siglo XV cuando empieza a tener relevancia histórica y política. La familia Álvarez de Toledo se asienta en Mancera, cuando se crea el palacio y se funda el Señorío de Mancera y las Cinco Villas.

Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, pisaron nuestras tierras, pues el IV Señor de Mancera, Luis Álvarez de Toledo, les convence para trasladar el primer monasterio de Carmelitas Descalzos desde Duruelo a Mancera. Cuando los Carmelitas se trasladaron a Ávila, se asentaron en su monasterio los Mínimos, de la Orden de San Francisco de Paula.

Los sucesivos Señores de Mancera adquirieron el título de Marqueses, concedido por Felipe IV. Fueron personajes políticamente importantes, pues estuvieron de virreyes en Perú y México y se trasladaron posteriormente a la Corte de los Austrias y después de los Borbones en Madrid, dejando el pueblo y abandonando el Palacio, que fue destruido por las tropas napoleónicas en la Guerra de la Independencia.

Con la reorganización provincial de Javier de Burgos en 1833, Mancera pasó de pertenecer provincialmente de Ávila a Salamanca. No obstante, eclesiásticamente perteneció a la Diócesis de Ávila hasta 1959.

Tras la Guerra Civil, Santa Maravillas de Jesús decide refundar los conventos de la Orden que previamente había fundado Santa Teresa. Comenzó por Mancera, un año duraron las obras y en 1944 se fundó el monasterio que tenemos actualmente.

En el año 2014, Mancera es integrante de la Ruta Teresiana “de la Cuna al Sepulcro”, como parada obligatoria debido a su interés histórico y religioso.

Enrique Sánchez Simón

Historiador y Turismólogo

Nuestro pueblo, Mancera de Abajo, tiene sus orígenes en la Prehistoria, pues la presencia humana se remonta al Paleolítico Inferior, ya que aparecieron restos de esta época en la comarca. Posteriormente, durante el siglo III y IV a. C., el término municipal formó parte del vasto Imperio Romano, dejando varios vestigios materiales en la zona de las eras, así como los restos de un poblado romano.

El pueblo de Mancera de Abajo, fue establecido como tal entre los años 711 y 740, llamado Manzera de Yuso, tal y como se menciona en las primeras referencias escritas. Años más tarde, en el año 939, debido al despoblamiento de la comarca es repoblado por mozárabes, no arraigando esta primera repoblación y siendo posteriormente repoblado en el año 1140 por Alfonso VII de León junto con otros municipios de la zona de Alba. En el año 1250, queda reflejada la existencia del municipio cuando entra a formar parte del cabildo de Rialmar, siendo encuadrado en la diócesis de Ávila.    

Sin embargo, no fue hasta el siglo XV cuando Mancera de Yuso pasa a tener importancia a nivel histórico y político. En dicho siglo, nuestro pueblo pertenece a la familia Álvarez de Toledo, de la Casa de Alba. En el año 1488, Pedro Álvarez de Toledo y Enríquez, hijo del I Duque de Alba, hereda Mancera junto a cinco villas más: Salmoral, Naharros del Castillo, Gallegos de Solmirón, San Miguel de Serrezuela y Montalvo. Fue en aquel momento cuando decidió crear el Señorío de Mancera y las Cinco Villas, proclamándose I Señor de Mancera,  instalándose en nuestro pueblo y ordenando construir el Palacio que aún conservamos en pie.

Otro momento histórico importante se produjo con Luis Álvarez de Toledo, IV Señor de Mancera, quien entabló amistad con Fray Antonio de Heredia y San Juan de la Cruz, a quienes propuso trasladar el primer monasterio de Carmelitas Descalzos desde Duruelo a Mancera, acontecimiento que se produjo el 11 de junio de 1570. Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, los dos grandes místicos del siglo XVI, se encargaron de crear el monasterio descalzo en Mancera que fue financiado por el Señor de Mancera.

El 22 de agosto de 1586, el cuerpo sin vida de Santa Teresa de Jesús, mientras era trasladado de Ávila a Alba, por orden del Duque de Alba, tuvo que hacer noche en el monasterio que ella misma había fundado, siendo atribuidos durante esta estancia, tres milagros a la Santa.

Los Carmelitas Descalzos habitaron el monasterio hasta el año 1600, cuando se trasladaron a Ávila para proseguir con las fundaciones. En este momento, los frailes de San Francisco de Paula, de la Orden de los Mínimos, se instalaron en el monasterio al que llamaron Convento de la Asunción, donde estuvieron hasta 1836 cuando se produjo la desamortización de Mendizábal, cuando el monasterio comenzó su deterioro y desaparición.

En el siglo XVII se produjo un aumento del número de títulos nobiliarios en España y en el año 1623 Felipe IV nombra al VI Señor de Mancera, Pedro Álvarez de Toledo y Leyva como I Marqués de Mancera, ocupando altos cargos en la corte de los Austrias y siendo Virrey del Perú en el Nuevo Mundo. Él mismo inventa un artilugio llamado “mancerina” que sirve para tomar chocolate sin quemarse los dedos y sin derramarlo. El primer marqués murió en el palacio de Mancera, pero se desconoce dónde se encuentra enterrado.

Su hijo Antonio Sebastián Álvarez de Toledo Salazar, II Marqués de Mancera, fue un personaje políticamente reconocido, pues ostentó el cargo de Virrey en México donde entabló una gran amistad con Sor Juana Inés de la Cruz; también tuvo altos cargos en la corte de los Austrias, siendo nombrado Grande España por Carlos II y apoyó a Felipe V de Borbón durante la Guerra de Sucesión Española, hecho que le aseguró un alto estatus social en la nueva corte. Murió y fue enterrado en el Convento de la Asunción de Mancera de Abajo, a la edad de 107 años, atribuyéndose esta gran longevidad, según dice la leyenda, al consumo diario de chocolate.

Nuestro pueblo estuvo inmerso de lleno durante el siglo XIX, en la Guerra de la Independencia española y la invasión de las tropas napoleónicas, sufriendo el saqueo por parte de las tropas francesas de los objetos de valor de la iglesia parroquial, de las casas adineradas del pueblo y la violación de algunas mujeres, tal y como consta en los escritos de la época. Asimismo, fue destruido el Palacio, ya deshabitado en aquel entonces, quedando prácticamente en el estado en el que se conserva en nuestros días.

Debido a la reorganización provincial de Javier de Burgos en 1833, en Mancera pasamos de pertenecer territorialmente de la provincia de Ávila a la provincia de Salamanca, junto con las Tierras de Peñaranda. No obstante, a nivel eclesiástico el pueblo continuó perteneciendo a la Diócesis de Ávila hasta el año 1959.

El siglo XX trajo consigo un clima de inestabilidad política en España y la trágica Guerra Civil. En Mancera, este conflicto supuso un enfrentamiento directo entre partidarios del bando sublevado y del bando republicano, lo que se tradujo en asesinatos, muertes, exiliados y enfrentamientos familiares. Tras esto, llegó una etapa de penuria, hambre y familias deshechas, que tuvieron que adaptarse a la nueva vida de la dictadura franquista.

Tras la Guerra Civil, en Mancera solamente se conservaba alguna piedra, la huerta cenobial y el pozo con su noria del antiguo convento de Santa Teresa y San Juan. Tuvimos la suerte de que Santa Maravillas de Jesús, gran mística del siglo XX, decidiera refundar los conventos carmelitas de la Orden Descalza. Tras un año de medida de los terrenos, obtención de los correspondientes permisos y construcción del monasterio, se procedió a la inauguración y fundación del mismo el 30 de abril de 1944.

Desde el año 2014, nuestro pueblo forma parte de la Ruta Teresiana “de la cuna al sepulcro”, siendo una parada obligatoria para todo peregrino en la que poder visitar nuestras calles, nuestros monumentos y poder alojarse en el albergue municipal.

Enrique Sánchez Simón

Historiador y Turismólogo

 

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